Ella lo dejó todo sin preguntar. Solía hacer ese tipo de cosas, pero si realmente me preguntas, te digo que nadie se lo imaginaba. No esta vez.
Ella cambió de parecer. Cerró los ojos soñando un mundo mejor y cuando los abrió se dio cuenta que nada había cambiado, es decir, nada había cambiado para bien. Sino todo lo contrario.
El se cansó. Tiró la toalla. Inflo el pecho, tomó aire, respiró, alzo vuelo. Tiró la toalla. Se dio cuenta de todo, no se dio cuenta de nada. Cedió.
El relato modificó sus aristas una y otra vez, sus historias una y otra vez. Los cambió.
Ella llora y grita, a el le es indiferente. Siempre fue igual, ella llorando y el mirándola desde arriba.
Ni enemigo ni protector. Simplemente la vigila.
Ella crea historias de amor, el aventuras de guerreros. Son tan iguales y distintos a la vez que hasta el más distraído de todos los planetas juraría que se aman. Se aman.
Ella no lo dice.
El lo piensa.
Ella no habla.
El si, pero no quiere.
El amor va y viene, las historias van y vienen. Desde lejos pareciera ver que entre ellos nada hay en común, lo único que se ve es rivalidad. Sin embargo, aquellos que realmente los conocemos sabemos que no es asi. Ella lo ama, el la adora. Ella sueña y llora. El la protege.
Ella tiene dos años. El cinco.
2 comentarios:
todavía no actualizaste pero ví cambiaste el nombre del blog, me gusta esa mezcla de Arlt y Cortázar =), lindo, lindo...
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